Abrí
los ojos. La pálida luz de esa habitación inundaba mis pupilas impidiéndome ver
claramente. Todo a mi alrededor era raro e incierto. ¿Por qué estaba ahí? ¿Por
qué no recordaba nada? La puerta se abrió bruscamente despernándome de mis
pensamientos, para luego ver una hermosa joven de cabellos castaños y ojos
verdes. La muchacha acercó lentamente una silla a mi cama y me tomó de las
manos. No hablamos porque, cuando dos personas se miran y sonríen, las palabras
no hacen falta. Por: Melany Sotelo
Cuando
volvía de la facultad en el subte, vi algo extraño. Era ella,
impresionantemente igual a mí. Por las manchas en su ropa, me hizo pensar que era artista plástica. Bajamos
en la misma estación. Mi intención era seguirla pero no fue necesario: tomamos
el mismo camino. Para no asustarla, me distancié; pero la asustada fui yo:
tenía las llaves de mi casa. Entré detrás de ella y observé cómo, con la mayor
de las confianzas iba tirando el saco y la cartera al piso para ponerse el
delantal de pintura de mi padre en el estudio del altillo deshabitado desde su
muerte.Por: Bernarda Lerena
Es
que en eso se basa la felicidad: en los pequeños logros y en lo que uno imagina
que logrará a futuro mediante éstos. La felicidad es la ilusión no el logro en sí.
Cuando uno obtiene al fin lo que desea, jamás es más de lo que se creía que
sería. En un principio nos sentimos satisfechos, pero luego de un corto tiempo,
simplemente por encontrarnos en busca de la felicidad, nos sentimos
disconformes y buscamos nuevas metas, las que en verdad son la causa de nuestra
felicidad.Por: Felix Valdeón
La
atmósfera de la llegada y partida son
una misma cosa, el alivio de salir de lo transitorio. La carretera es un
vacío: ni acá ni allá. Un camino largo, parece que no tiene fin. La mirás y
caminás buscando uno, pero este nunca llega, siempre hay más caminos por
recorrer. Durante ese largo recorrido te encontrás con muchas personas; algunas
siguen con vos hasta el final pero otras te abandonan porque deciden tomar otro
o porque encontraron su propio fin de la carretera. Cosas buenas y malas pasan
hasta que encontrás tu final y desaparecés completamente.Por: Chiara Francavilla
Tenía
miedo de lo que veía y, lo que era peor, no sabía si olvidar o recordar.
Su
cuerpo yacía a mi lado, con los ojos cerrados y cubierto con ese desgarrador
color rojo. Yo veía y entendía la verdad, pero, realmente, no quería hacerlo.
Ella estaba muerta. Me levanté, con mi espalda en llamas por el dolor y me fui
para siempre. No me atreví a llorar, no me atreví a pensar, excepto a huir,
dejando todo atrás, porque en el fondo sabía que todo era mi culpa.Por: Candela Zsnajderman
Tengo
el pasado amontonado en los ojos. Todo el tiempo esos hechos aparecen delante
de mí, un ay otra vez.
Lo
ves todo sin verlo ya que son solo imágenes en tu interior que nublan la vista.
Ahora no queda otra forma de olvidar mi pesar y mi dolor por esos recuerdos que
soltarme como un globo sin dueño, olvidarme de todo y comenzar un camino nuevo.
Eso es todo lo que puedo hacer para borrar el pasado amontonado en mis ojos.Por: Dana Di Vietro