Acompañamiento,
supervisión, seguimiento, exigencia, perseverancia, apoyo, consejo. Estos
son algunos de los
elementos básicos que los padres deberían tratar de brindar a sus hijos, además
de la lista de recursos materiales, como útiles y libros escolares.
"Los padres no pueden limitarse a depositar a sus
hijos en la escuela e ignorar todo lo que ésta demanda", comentó el
académico Alfredo van Gelderen. "Tienen que mirar el cuaderno de los más
chicos, comentar las carpetas de los jóvenes que van al secundario. Deben
conocer los libros que utilizan e informarse día tras día acerca de las tareas.
Y es imprescindible apelar a su responsabilidad, especialmente al inicio del
ciclo lectivo", aconsejó.
"Cuando más grandes son los chicos, menos
injerencia tienen los padres en los contenidos. Nadie les avisa que sus hijos
tienen prueba de historia. En ese caso es bueno recurrir a la escuela", recomendó María Tresca "Además, los padres deben alentar cada
logro de sus hijos por más pequeño que sea", concluyó.
Margarita Poggi, directora del Instituto Internacional
de Planeamiento de la Educación en Buenos Aires de la Unesco coincidió en la
importancia de un acompañamiento de los padres. "Simplemente con hacer un
seguimiento, mostrarse interesados por lo que acontece en la escuela, ya es una
forma de ayudar", destacó. "No tienen que saber matemática o lengua,
basta con ayudarles a sus hijos a organizarse el tiempo. Muchas veces los
chicos se detienen en una tarea que no es importante y dejan de lado otras más
relevantes", señaló la especialista.
El rector de la escuela Carlos Pellegrini, Abraham Gak
explicó a LA NACION que es muy
importante que los padres se acerquen a
la escuela"
Un momento crítico
Los especialistas consideran que el pasaje del
primario al secundario es de vital importancia. "No es lo mismo el
acompañamiento durante una etapa que durante la otra", explicó Margarita
Poggi. "Hay un punto en el que se requiere un equilibrio entre el papel de
los padres, como sostén y acompañamiento, pero al mismo tiempo que favorezcan
la construcción de la autonomía", detalló.
Según los especialistas, una de las preguntas que
deben hacerse antes de comenzar las clases es cómo se va a evaluar.
"Cuando pasan de la primaria a la secundaria, también se modifica el
régimen de evaluación, por eso es bueno que los padres se acerquen al equipo
directivo y conversen con los docentes y también con sus hijos", señaló
Poggi.
Los expertos coinciden en la necesidad de
establecer un acuerdo entre la casa y la escuela. "Los niños no pueden
responder a un orden escolar para el aprendizaje si no viven dentro de un orden
familiar", dijo Van Gelderen.
En: La Nación, marzo de 2014.-